7 de octubre de 2018

El aprender no ocupa lugar

He aprendido que los amores pueden llegar por sorpresa o terminar en una noche. Que grandísimos amigos pueden volverse grandísimos desconocidos, y que por el contrario, un desconocido puede volverse alguien inseparable. Que el “nunca más”, nunca se cumple y que el “para siempre”, siempre termina.  Que el que quiere, lo puede, lo sigue, lo logra y lo consigue. Que el que arriesga no pierde nada, y el que no arriesga, no gana. Que el físico atrae, pero la personalidad enamora. Que si quieres ver a alguien, díselo, mañana será tarde. Que el sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional. Y sobretodo, he aprendido que no sirve absolutamente de nada, seguir negando lo inevitable.

Maldito refranero español

Y es que he decidido que a veces es tarde aunque la dicha sea buena, que el tiempo no lo cura todo, que amores que matan si mueren, que al mal tiempo no hay que ponerle siempre buena cara, que el que la sigue no siempre la consigue y quien la hace no siempre la paga, que el que ríe el último no ríe dos veces pues a lo mejor le toca llorar después de reír, que el saber si ocupa lugar, que en martes 13 te puedes casar y embarcar, y hacer lo que te de la gana, que lo prometido lamentablemente no es deuda para todos, que los últimos rara vez serán los primeros, que lo malo conocido no siempre es mejor que lo bueno por conocer, que aunque los ojos no vean el corazón si siente, por supuesto que siente, que querer no es poder, que la sarna con gusto a veces pica y que tanto tienes no tanto vales.
Y es que he decidido que a veces es tarde aunque la dicha sea buena, que el tiempo no lo cura todo, que al mal tiempo no hay que ponerle siempre buena cara, que el que la sigue no siempre la consigue y quien la hace no siempre la paga, que el que ríe el último no siempre rie mejor, que el saber si ocupa lugar, que lo prometido lamentablemente no es deuda para todos, que los últimos rara vez serán los primeros, que lo malo conocido no siempre es mejor que lo bueno por conocer, que aunque los ojos no vean el corazón si siente,
que querer no es poder, y que tanto tienes no tanto vales.
Pero sobre todo he decidido que, quien bien me quiere no me hará llorar.